Vió Juegos de Guerra y se hizo informático. La suerte lo convirtió en vendedor.
20 años después, sigue transformando webs en máquinas de vender. Domina el arte de simplificar la tecnología para que tu negocio venda más, sin jerga inútil. Si no genera dinero, no es solución.
(Y no, no hackea como en las pelis… pero hace magia con tu facturación)
Siempre con música en mis oídos y mil ideas revoloteando por mi cabeza. Trabajo como quien escribe un buen libro (pero con más píxeles y menos tinta), dando vida a cada una de tus ideas y transformando tu proyecto en esa historia que todos quieren leer.
Cada detalle tiene su propia trama y, cómo no… un buen plot twist.